El Proceso Crisálida se desarrollara en 3 módulos independientes de 4 o 5 fines de semana cada uno. Cada encuentro lo realizamos en régimen residencial en Ávila, en la Casa de Espiritualidad Santa Teresa, entrando el viernes por la noche y saliendo el domingo tras la comida.
En este primer módulo del proceso crisálida nos centraremos en crear una buena base y unas buenas raíces que permitan nuestro desarrollo interno. Los puntos clave serán:
Es necesario comenzar por la toma de consciencia y la aceptación de las cargas físicas y psicoemocionales que hemos ido acumulando a los largo de todos estos años. En este punto vamos a conectar con lo aprendido, heredado e integrado hasta ahora de nuestra familia y del medio en el que hemos crecido. Todo esto ha construido las raíces que cimientan y nutren lo que ahora somos, todo aquello con lo que nos hemos identificado.
Estas raíces han de ser limpiadas y restituidas para renovarse y convertirse en las raíces sólidas y poderosas que van a sustentar nuestra transformación.
Con la depuración profunda de los tejidos y las células creamos las raíces para la salud física.
El reconocimiento y la liberación consciente de nuestras emociones retenidas nos ayuda a soltar la tensión y nos devuelve un caudal de energía atrapada.
El descubrimiento de los patrones mentales limitantes nos permite sustituirlos por otros nuevos que generen actitudes de vida saludables y evolutivas.
Tu corazón es Luz y poder sanador. En esta parte del proceso aprenderemos a conectar con esa fuerza. Los pasos serán:
El miedo, el resentimiento y las experiencias traumáticas han ido construyendo una coraza que encierra a tu corazón, limitando la comunicación con él. Aprenderemos a funcionar desde la aceptación y el perdón para liberarnos de esta limitación.
Al abrir el corazón, entramos en un espacio de paz y libertad en el que se despliega la energía de la sanación. Comenzamos a percibir como el Amor es la clave para sanarnos a todos los niveles.
Amar es la aceptación y comprensión incondicional de uno mismo y de los demás. Incorporaremos está actitud en nuestra vida para convertirnos en fuente de paz y armonía.
Tú eres la luz en tu corazón. Al conectar con nuestro centro en el corazón descubrimos quienes somos en realidad, encontrando nuestra auténtica esencia.
Una vez se da la conexión con tu corazón, es posible una relación más sana y espiritual con el corazón de todos los seres.
Con nuestro cuerpo y mente purificando y nuestro corazón abierto estamos preparados para expandir nuestro potencial y materializar nuestra transformación. Lo haremos a través de las siguientes etapas:
Llegados a este punto hemos de ver con claridad de donde venimos y hacia donde vamos, encontrando nuestro autentico Propósito Vital. Para ello hemos de despertar la capacidad de ver con claridad y así enfocarnos con determinación y confianza hacia nuestra meta trascendente.
Todo lo que somos ha de ser expresado. Este es el auténtico sentido de nuestra vida, y en esta realización fluimos y mantenemos nuestro equilibrio, mientras que la omisión de esa expresión nos hace enfermar y estancarnos. La sanación se da cuando fluimos a través de la creatividad con nuestra propia esencia, cuando nos expresamos tal y como somos. Iremos encontrando canales a través de los cuales expresar nuestra naturaleza y verdad.
El cambio de tus actitudes y patrones mentales genera primero un cambio interno y sanador para de ahí extenderse a un cambio en la realidad que tú vives. Expandiremos el proceso interior a un proceso de renovación y evolución en tu vida.
Aprenderemos a conectar con la mente superior, donde reside nuestra auténtica sabiduría. De aquí, la inspiración e intuición brotarán de forma espontánea.
Al estar en conexión con todo, el Universo coopera para tu propia creación y transformación. Propiciaremos está conexión profundizando en la práctica de meditación.